FLORES PARA DIFUNTOS – COSTUMBRES CURIOSAS

Los romanos dedicaban buena parte de la primavera a honrar la muerte de sus seres queridos. Consideraban a esta estación como una época de regeneración, fertilidad y florecimiento, de ahí que agradecieran la vida conmemorando la muerte y manifestaran, de este modo, su creencia en la inmortalidad simbolizada en el ciclo de la vida que comienza en primavera.

Según el Fastos, el calendario poético escrito por Ovidio en el que se consignan las fiestas romanas de todo el año (aunque desgraciadamente sólo se conserva el primer semestre), las fiestas en honor a la primavera y los difuntos comenzaban en la época romana el 22 de marzo con los festejos en honor a Cibeles, amante y madre de Attis, quien muere y resucita en el equinoccio de primavera. En esta fecha se celebraba la Violaria, una cita en la que se llevaba violetas a los difuntos. Aunque las fiestas con protagonismo floral más importantes de la primavera eran Floralia, dedicada a la diosa Flora y celebrada el 28 de abril, y Rosalia, la fiesta en honor a los difuntos celebrada el 23 de mayo y durante la que se depositaban rosas en las tumbas para homenajear su memoria.

Al igual que los romanos, buena parte de las culturas y religiones que han poblado y pueblan la tierra homenajean a sus muertos mediante el uso de las flores (otras, como la judía, prescinden tradicionalmente de ellas por considerarlas un elementro frívolo). Rosas, margaritas, peonías, liliums y un sinfín de flores recuerdan en forma de coronas, ramos o cojines que, los que se quedan, no olvidan a los que se van. Hoy os traemos hasta el BLOG de Florestore algunas de las costumbres funerarias relacionadas con las flores más curiosas y que todavía permanecen.

• Un jardín en una tumba (Macedonia): en los cementerios de este país apenas verás ramos o coronas cuando alguien es enterrado, pues la costumbre es plantar flores en la tumba para que siempre estén frescas y alegren al espíritu. Además, es una forma simbólica de hilar la vida y la muerte.

• El Altar de los Muertos (México): si hay un país que honra especialmente a la muerte, ése es México. La simbología asociada al Día de los Muertos (fiesta famosa en el mundo entero y que ha inspirado incluso películas, como la reciente de animación El Libro de la Vida) es muy conocida, así como los altares que cada año, por esta fecha, se levantan en honor a los difuntos tanto en la casa de sus familiares o en la que vivieron como en el cementerio. El elemento central de estos altares es, junto con la imagen del difunto, las flores.

• El camino al cielo (Panamá): según explica Eduardo Gómez Álvarez en su estudio sobre las costumbres funerarias en Latinoamérica, entre los indígenas de Panamá es costumbre enterrar al muerto acompañado por “cuatro flechas con sus respectivos arcos, una canoa, ocho cañitas, dos cordeles trenzados «kuil-los», que lo colocan sobre el cadáver y un manojo de flores de caña o pirulí. Las flechitas con los arcos son las armas que utilizará el difunto contra los animales dañinos que se le acerquen, la canoa le servirá como medio de locomoción en la subida del gran río «Kitiuála», los cordeles trenzados le servirán de látigo para pegarle al demonio que envidioso vendrá a molestarlo en su camino y el manojo de flores le indicará el camino al cielo”.

• Flores para el más allá (España): en algunas zonas de Castilla-La Mancha, Extremadura y Castilla y León es tradición regalar un jardín (o una planta en la actualidad) a los bebés cuando nacen. La tradición marcaba que la planta a regalar debía ser resistente para acompañar a la persona durante toda su vida y que sus flores la acompañarían también al más allá, pues serían las que llevaría en el ataúd el día de su muerte.

• Flores de los buenos deseos (China): en los altares que los chinos levantan en sus casas para honrar la memoria de los difuntos también tienen cabida las flores, sobre todo en el día del fallecimiento y los días más próximos. Grandes ramos de flores, adornados con cintas de color rojo (muy simbólicas en la cultura oriental) y con frases de buenos deseos mostrarán a la familia el aprecio que la persona que las lleva sentía por el difunto y cuánto siente su pérdida.

• Ritual floral para el alma (Ecuador): a pesar de que la actividad de los chamanes es cada vez más reducida en latinoamérica, todavía prevalece este rasgo de las culturas pre-cristianas. En Ecuador, es tradición que, cuando fallece una persona querida, un chamán lleve a cabo un ritual con hierbas y flores mediante el que se pretende ayudar al alma a encontrar el camino al más allá.

• Las flores preferidas (Perú): los peruanos también honran la muerte de sus difuntos con altares plagados de flores, pero quizá la costumbre más simbólica es que, durante las fechas de recuerdo, llevan al difunto sus flores preferidas y la comida que le gustó en vida.

• Flores para las ocasiones especiales (Paraguay): si bien la mayor parte de culturas tienen tan sólo un día establecido al año para rememorar a los que pasaron al más allá, en Paraguay es costumbre llevar flores a las tumbas de los difuntos en todas las ocasiones especiales del año, tales como el cumpleaños, el aniversario de la muerte, el de boda si el difunto estaba casado, el día del padre o la madre o alguna fecha que para esa persona fuera especial.

¿Conocíais estas costumbres relacionadas con las flores y la muerte? Siempre es curioso conocer cómo se recuerda a las personas que nos han dejado en otras culturas y países.

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