PLANTAS NACIMIENTOS – VENTAJAS EN CASA
Decoran y alegran la casa, nos acercan un poco a la naturaleza sobre todo en las ciudades que la tenemos tan lejos (más allá de los parques y jardines y de los árboles de nuestras calles), sirven para cocinar (especialmente si tenemos aromáticas en nuestras macetas) y, además, ayudan a nuestros hijos en su crecimiento.
Tener plantas en casa es mucho más que una cuestión estética. En el caso de los más pequeños, varios estudios científicos constatan que los niños que crecen cerca de la naturaleza o en una casa en la que haya plantas son más imaginativos, creativos, autosuficientes y responsables que los que no tienen contacto alguno con el medio natural. Interesante ¿verdad?
Para profundizar en esta cuestión, la psicóloga infantil Noemí Solana explica para Florestore cómo tener plantas en casa puede ayudar a mejorar el desarrollo de nuestros hijos. ¿Aún no sabes cuáles son sus ventajas? Te las contamos.
- Mejora su capacidad de exploración: “Los niños que crecen aislados de la naturaleza, del modo que sea, carecen de experiencia en situaciones como mancharse de barro, saltar en los charcos, mojarse cuando llueve, subirse a un árbol o comunicarse con un animal desconocido cuando se lo encuentran” precisa Solana. Programar salidas al campo de vez en cuando (al menos una vez al mes si no lo tenemos cerca) y tener plantas en casa y permitir a los niños que nos ayuden en su cuidado “estimula su capacidad de exploración. Los niños son curiosos por naturaleza. Querrán saber cómo se alimenta la planta, qué pasa con las raíces, cómo hay que regarla. Todo aprendizaje en este sentido es muy positivo” afirma.
- Adquieren destrezas diferentes: retirar hojas muertas, aprender a reconocer cuándo una planta se está secando y necesita más cuidados, cuidar que las plagas no acaben con ella… son destrezas que sólo se adquieren estando en contacto con plantas o saliendo al campo y que, si nuestros niños no tienen nunca el medio natural cerca, es muy difícil que adquieran. “Habilidades como la capacidad de observación o el razonamiento ante los problemas que se plantean se enriquecen y estimulan en entornos variados y cambiantes en los que los niños tengan que enfrentarse a diversas situaciones desconocidas” comenta la psicóloga.
- Estimula su creatividad: “¿Alguna vez habéis pensado en hacer una casita para un caracol? ¿O en crear un mosaico a partir de hojas y flores? ¿Quizá se os ha ocurrido la idea de elaborar un herbario? Si no estáis en contacto con la naturaleza, difícilmente penséis en algo así, o en tener una cabaña en un árbol, o en querer ser amigos de una ardilla” explica Solana. “Yo tengo dos hijos y plantas en casa. La primera vez que vieron venir mariposas a la terraza de casa casi tuvimos que hacer una fiesta. La naturaleza es maravillosa y a veces, un simple gesto como tener un geranio en la ventana hace que los pequeños se acerquen a ella más de lo que pensamos” reflexiona.
- Aprenden a convivir con el entorno: la mayoría de los niños están acostumbrados a convivir con las situaciones cotidianas de la ciudad pero se sienten perdidos en el campo, sobre todo si vamos poco. Para familiarizarlos con el entorno natural “tener alguna planta en casa y que sean ellos los responsables de cuidarla es buena idea. Mejor si son plantas adecuadas a la edad y capacidades de los niños, para que vayan aprendiendo poco a poco. Pero tampoco es cuestión de sobreprotegerlos. Si tenemos cactus y se pinchan, aprenderán que no deben tocarlos y cómo han de tratar la planta. Todo enseña” afirma Solana.
- Estimula su capacidad para resolver problemas: las plantas presentan una buena cantidad de situaciones diferentes que pueden servir a los niños para aprender a resolver problemas inesperados. Cuestiones como macetas que se secan por falta de agua, exceso o falta de sol o por alguna plaga son buenos momentos para que nuestros hijos den su punto de vista y piensen para aportar soluciones. “Hay que dejarles participar – insiste Solana – Si no, no sirve de nada”.
- Generan vínculos de responsabilidad: cuidar de otro ser vivo, ya sea un animal de compañía o una planta, implica una responsabilidad y un proceso de aprendizaje y asimilación que es buena idea que los niños hagan desde pequeños. Si quieres conseguirlo con los tuyos, deja alguna de tus plantas a su cuidado (siempre bajo tu supervisión). Anímale a que recuerde cuándo tiene que regarla o que debe pasarla dentro de casa por las noches.
- Propician que el niño tenga más autonomía: “Uno de los principales beneficios del contacto con la naturaleza es que, al ser un medio mucho más imprevisto que nuestras ciudades (sobre todo si tenemos en cuenta que la mayoría de la población vivimos en entornos muy urbanos a los que los más pequeños ya están acostumbrados y los manejan), los niños tienen la oportunidad de conocerse a sí mismos, de medir sus fuerzas y capacidades y de sorprenderse logrando nuevos retos. Esto proporciona autonomía y confianza en uno mismo en el proceso de crecimiento, algo fundamental para que la autoestima sea sana” añade la psicóloga.
- Ayudan a los niños a estar más despiertos: consecuencia directa de una mejora en la responsabilidad, la autonomía personal y la creatividad y capacidad de sorpresa es precisamente que los niños se muestren más despiertos y dispuestos a relacionarse con su entorno.
- Mejoran las habilidades motrices: “Siempre que hablamos de mejora de la motricidad mediante actividades en la naturaleza se nos vienen a la cabeza cosas como correr por el campo, saltar sobre las piedras para cruzar un río o trepar a los árboles, pero no sólo son éstas las habilidades que mejoran con el contacto con lo natural” recuerda Solana. “Cuestiones como retirar hojas secas, cortar flores sin pincharse – como en el caso de los rosales – o regar con pulso para no encharcar la maceta también mejoran la motricidad de las extremidades superiores y la de las manos, muy importante en niños pequeños”.
Además de tener plantas en casa (y alguna mascota que podáis cuidar entre todos), es buena idea salir con los niños a dar paseos al campo, enseñarles cuestiones de la vida cotidiana en la naturaleza como es la convivencia y el trabajo con los animales (si no tenéis pueblo, siempre puedes organizar alguna actividad en una granja escuela) y ayudarles a mantenerse en contacto con el mundo natural desde pequeños. Que no lo vean sólo en los libros. Llévaselo a casa y llévalos a ellos hasta el campo.
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